Inteligencia Artificial Frente a la Crisis Sanitaria

Desde el origen de la ciencia ficción tanto en la literatura como en el cine, la inteligencia de las máquinas ha sido vista con cierto temor por parte de los seres humanos; esa visión sesgada y posibles futuros distópicos en donde mecanismos de energía ilimitada buscan posicionarse como amos y soberanos de toda clase de vida sobre la tierra, han generalizado una idea del peligro de dotar de inteligencia a los cerebros sintéticos o al software que los gobierna. 

Ahora el presente al que nos enfrentamos es totalmente diferente, la mayor amenaza se encarna en entes biológicos a quienes los seres humanos hemos preparado el mejor escenario posible para que sean los encargados de diezmar a nuestra población. No nos enfrentamos a ninguna Skynet, Colossus, Matrix, HAL 9000, ni nada que se les parezca, el temor ahora se encarna en un coronavirus (SARS-CoV2) que ha desatado una pandemia debido a la enfermedad COVID19 (Corona Virus Disease 2019).

Ejércitos armados de estetoscopios, mandiles blancos, tratamientos experimentales y cuidados paliativos no han sido suficientes y han demostrado la baja capacidad que tenemos para enfrentarnos a un problema global, falta de organización administrativa en las altas esferas gubernamentales, falta de cultura de prevención y responsabilidad por parte de los ciudadanos han agravado el problema, lo que ha conducido a la mayoría de  países desarrollados a centrar su atención en el enemigo de la ciencia ficción, la tan temida Inteligencia Artificial (IA).

Figura 1: El personal médico realiza una tomografía computarizada de un paciente de Covid-19 en el Hospital de la Cruz Roja en Wuhan, China. STR/AFP VIA GETTY IMAGES

Este artículo no pretende posicionar a la IA como la solución a los problemas actuales, sino destacar aquellos aspectos que la están convirtiendo en una herramienta revolucionaria para optimizar y agilizar procesos en una batalla contra el tiempo y contra el avance de la COVID19.

Desde el origen de la pandemia, en el epicentro de la enfermedad, siendo China una de las potencias en el desarrollo de la IA, enmarcó todas sus investigaciones en diferentes frentes para buscar frenar el avance de la COVID19.

Uno de los primeros usos fue colaborar con la biomedicina, en las investigaciones que permiten predecir la estructura del virus mediante modelos generados por IA, para el estudio y secuenciación de proteínas, acelerando enormemente el tiempo de desarrollo de posibles vacunas.

Avanzando en los primeros días de la pandemia, también aparecieron las primeras gráficas producto de los modelos de predicción que nos daban una idea de la velocidad con que se extenderían los contagios a través del mundo y la letalidad de la misma. Estas infografías ya no eran producto únicamente de modelos estadísticos, sino, que se basaban en verdaderos modelos de aproximación y predicción de IA.

Al mismo tiempo, tanto en China como en el resto de países desarrollados fue necesario el empleo de herramientas de IA para la indexación y análisis de miles de artículos científicos sobre todo el entorno del coronavirus, para entender de mejor manera como el mismo estaba afectando a la humanidad y sus posibles consecuencias.

Otro de los aspectos claves ha sido el monitoreo ciudadano que han empleado algunos países para controlar el comportamiento de las personas frente a la Pandemia, detectando infracciones contra el distanciamiento social y el uso de mascarilla, para elaborar de manera rápida y eficaz los patrones y mapas de contagio para diseñar políticas de aislamiento enfocadas en los casos positivos y que minimicen el impacto sobre el normal desarrollo de las actividades ciudadanas.

La observación de infracciones no ha sido el uso exclusivo de la técnicas de visión por computador, sino que uno de los enfoques mas importantes se ha consolidado en el análisis de imágenes médicas para detectar personas contagiadas, incrementando la capacidad de respuesta ante una crisis en donde los modelos de atención tradicionales no han sido suficientes, los centros hospitalarios se han visto desbordados, y el conocimiento de los especialista se ha visto limitado ante una nueva enfermedad, que sin distinción de nacionalidad continúa a paso acelerado su expansión.

Ante la actual realidad, con herramientas tradicionales condicionadas ante un enemigo casi desconocido, en donde la necesidad de acelerar los procesos es de importancia vital, surge una nueva perspectiva de inteligencia artificial al servicio de la humanidad para la optimización de procesos y una rápida respuesta ante esta crisis sanitaria y el nada prometedor futuro económico.

Si una de las respuestas es precisamente la inteligencia artificial, es el momento de democratizar el acceso a la misma y hacer lo que muchos países desarrollados han hecho al incluir en los perfiles académicos de todas las ramas, conocimiento enfocados en esta nueva visión de la ciencia.