En el proceso de digitalización de la sociedad y en términos informáticos, los datos hacen referencia a la información que puede ser legible por maquinas en lugar de ser legible por humanos.
Pero, ¿Cuál es el valor que realmente representan los datos generados en cada instante de tiempo?
Existe un abanico inmenso de tipos de datos que pueden ser utilizados de manera positiva y negativa, y un tipo de datos que generamos frecuentemente, son los datos personales, de nuestro comportamiento humano, estos datos se los puede obtener a diario a través de diferentes dispositivos y plataformas tecnológicas, y uno de ellos, quizá el más utilizado por cada uno de nosotros, son los teléfonos inteligentes los cuales se comportan como espías silenciosos, pero no son la única fuente que generan información sobre nosotros, el incremento de dispositivos electrónicos conectados a internet (IoT), están generando más y más datos respecto a nosotros.
Generalmente sabemos que, durante nuestra jornada de actividades diarias, estamos generando datos a gran escala (a nivel mundial se puede llegar hasta a los zettabytes, inclusive brontobytes), aun asi muchos ignoran el simple hecho de que mientras dormitamos también estamos generando información silenciosa de forma automática y gratuita, que aparentemente parece insignificante. Es allí donde nosotros podemos decir, “¿a quien le puede interesar la información que estoy generando, si apenas utilizo el teléfono para WhatsApp y algo más?, si no tengo nada que esconder, ¿qué les puede interesar acerca de mí?”
Con el uso y acceso libre hacia plataformas tecnológicas, estamos dando pistas generales de nuestros hábitos de consumo, movilidad, gustos y enfermedades, es más, también estamos damos a conocer nuestro grupo de personas más cercanas, y cosas sobres las cuales estamos gastamos nuestro dinero, los lugares que visitamos y más, que a simple vista no son representativas para nosotros. Pero a pesar de todo esto, ¿Compartirías toda esta información con alguna persona allegada? Es más, ¿compartirías esta información con personas desconocidas?
Día a día, nuestra información esta siendo almacenada y procesada, con la finalidad de generar perfiles y con esto modelar patrones de comportamiento que pueden ser utilizadas a diario y en un futuro cercano para bien o para mal.
Analizando el lado positivo de los datos, estos son buenos siempre y cuando sean utilizados para hacerte la vida mejor mejorando hábitos y acciones, facilitando de alguna u otra manera el desarrollo de actividades de interés y optimizando el uso de las horas del día. También cuando son utilizados para prevenir sucesos humanos o naturales que puedan poner en riesgo la vida humana o natural. Pero cuando los datos son utilizados en contra de una persona, ésta puede llegar a sentirse incomoda y perjudicada de una u otra manera.
Es aquí donde los datos empiezan a tener valor vistos desde 2 perspectivas principales, la primera es el valor monetario de la empresa que recopila, almacena, procesa y/o difunde estos datos personales, y la segunda perspectiva se determina mediante el valor monetario que una persona le puede adjudicar a sus datos. En la primera generalmente los datos pueden ser despersonalizados (un poco) y ser vendidos a compañías o entes políticos con fines publicitarios, de influencia y de investigación competitiva, una característica general es que estos datos pueden ser vendidos una y otra vez, sin perder su valor intrínseco, para este caso se puede decir que “la copia es tan buena como la original”. No solo es el valor comercial de los datos, sino también el valor público que este análisis de datos puede llegar a tener. Para la segunda perspectiva, la valoración puede variar considerablemente entre diferentes individuos, ya que dependería directamente de lo que una persona consideraría como información altamente privada vs la opinión de otra persona que no le molestaría compartir o vender. Ligado a esta segunda perspectiva, también se considera el valor de los datos por parte de la persona, el monto monetario que estaría dispuesta a pagar, para mantener la privacidad de sus datos personales.
Una ley de protección de datos personales, es imprescindible en beneficio de los usuarios tecnológicos, actualmente existen países que cuentan con una ley en vigencia, otros, lamentablemente no, como es el caso de nuestro país, sin embargo, se encuentra ya en revisión un borrador del anteproyecto de Ley Orgánica de Protección de Datos Personales, con el objeto de regular el ejercicio del derecho a la protección de datos personales. No obstante, hoy en día el nivel de exposición de nuestros datos personales es exponencial, quedando a criterio de cada una de las personas, la importancia y valor que le deseen dar a sus datos personales en el momento de utilizar plataformas digitales y dispositivos electrónicos. La seguridad y privacidad de la información, depende de ti.
La privacidad es tuya y los datos también, no es lo que tu tienes, es lo que tu cedes.